Estrategias para acompañar a tus hijos en las tareas escolares
¿Tu hijo tiene dificultades atencionales en la escuela, organizarse o seguir las consignas escolares? Estrategias prácticas para acompañarlos en esta etapa del año.
A medida que el calendario escolar avanza, muchos niños comienzan a mostrar señales de cansancio o dificultades más marcadas para sostener la atención, organizar sus materiales, copiar consignas del pizarrón o seguir instrucciones. En esta época del año, es habitual que las funciones ejecutivas –ese conjunto de habilidades cognitivas que nos ayudan a planificar, inhibir impulsos, sostener la atención y autorregularnos– empiecen a verse más exigidas.
Si notás que tu hij@:
- Pierde útiles escolares con frecuencia
- No puede copiar toda la tarea o se distrae mientras lo hace
- Tiene dificultades para seguir rutinas escolares
- Se frustra con facilidad ante errores o desafíos
- No recuerda lo que la maestra explicó
…es probable que necesite una ayuda más activa para fortalecer su atención, organización y autocontrol.
En este artículo te compartimos herramientas prácticas, basadas en enfoques de la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), las terapias contextuales como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), y la estimulación neurocognitiva, para acompañar a tu hijo de manera efectiva.
🎯 1. El rol del adulto: guía externa mientras se fortalece la autorregulación
Las funciones ejecutivas se entrenan, y para eso los adultos necesitamos ser “función ejecutiva externa” hasta que los niños puedan hacerlo solos. Esto implica:
- Dar consignas claras, breves y paso a paso. Ej.: en vez de “Preparate para hacer la tarea”, decir “1. Sacá el cuaderno. 2. Buscá el lápiz. 3. Abrí el cuaderno en la hoja de hoy”.
- Supervisar y anticipar. Ej.: antes de salir para la escuela: “Revisá si tenés cartuchera, cuaderno y carpeta”.
- Recordar sin enojos. La repetición y la paciencia son parte del proceso de aprendizaje.
🧠 2. Estimulación neurocognitiva en casa
No hacen falta juegos complejos para estimular la atención, memoria y funciones ejecutivas. Podés usar actividades cotidianas como:
- Juegos tipo “Simón dice” o “Veo-veo”, que trabajan atención sostenida e inhibición.
- Secuencias de memoria: decir tres palabras y pedirle que las repita en orden, luego aumentar la cantidad.
- Organización de rutinas con pictogramas o listas visuales, que ayudan a planificar acciones paso a paso.
- Cronómetros o relojes de arena, para acotar tiempos y dar estructura.
🧘♂️ 3. Terapias contextuales: enseñar atención plena (mindfulness) y conexión con valores
Desde ACT y otras terapias contextuales, se trabaja mucho la atención plena y la autoconciencia como base para el autocontrol. Algunas ideas:
- Rutina de 1 minuto de respiración antes de hacer la tarea. Usar frases como: “Vamos a poner el cuerpo en modo atento”.
- Enseñar a notar sus pensamientos: “¿Tu cabeza te dice que esto es aburrido o difícil? ¿Podés seguir aunque ese pensamiento esté ahí?”
- Conectar con valores: “¿Por qué es importante que hagas este esfuerzo? ¿Qué te gustaría que la seño diga cuando vea tu tarea?”
✅ 4. Estrategias para aumentar el monitoreo y la motivación
- Autoevaluación con pictogramas o caritas: al terminar la tarea, que el niño marque cómo se sintió, si fue prolijo, si se concentró.
- Reforzamiento positivo inmediato: elogiar no solo el resultado, sino el esfuerzo y el uso de estrategias (“¡Te vi revisar tu mochila antes de salir, excelente estrategia!”).
- Contratos conductuales simples: acordar metas pequeñas y recompensas realistas (“Si copias toda la tarea sin distraerte, jugamos juntos 10 minutos después”).
🧩 5. Cuando las dificultades persisten…
Si estas dificultades son muy frecuentes, interfieren con el aprendizaje y generan mucho malestar, puede ser útil consultar con un profesional especializado en evaluación neuropsicológica o en psicoterapia infantojuvenil. La intervención temprana es clave para evitar que estas dificultades se acumulen y afecten la autoestima o el vínculo con la escuela.
💬 Para acompañar, hace falta comprender
Los niños no eligen distraerse, perder cosas o frustrarse fácilmente. Muchas veces, esto ocurre porque sus cerebros todavía están aprendiendo a autorregularse, y necesitan más acompañamiento que otros chicos de su edad. Con herramientas adecuadas, acompañamiento respetuoso y un entorno que comprenda sus necesidades, es posible avanzar hacia una mayor autonomía y bienestar.