Gestión emocional en niñas y niños

Los niños viven subidos a una montaña rusa emocional. Podemos ver como pasan rápidamente y sin escalas, del amor al odio, de la calma a la ira y de la felicidad a la tristeza. Al igual que los adultos, los niños sienten, pero en muchas ocasiones no saben cómo hacer para gestionar sus emociones de manera correcta. Es ahí donde aparecen las rabietas, los berrinches sin sentido y las explosiones de llanto o angustia que se vuelven difíciles de manejar.

 

Es normal que tu hijo no siempre actúe como piensas que debería hacerlo, simplemente su cerebro está aprendiendo y se está formando. Por eso es importante, desde la infancia, acompañar este proceso y trabajar con ellos en el desarrollo de habilidades de regulación emocional.

 

Con pequeñas acciones en nuestro día a día podemos ayudarles a aumentar su inteligencia emocional y adquirir habilidades para gestionar sus sentimientos. Niños que desarrollen recursos para el manejo de sus emociones, serán individuos con herramientas para desenvolverse de manera más asertiva frente a las adversidades o eventualidades de la vida.

 

Cuando se habla de inteligencia emocional, se hace referencia a las capacidades y habilidades psicológica que implican el sentimiento, entendimiento, control y regulación de las emociones.

 

Las emociones están ahí para darnos un mensaje e impulsarnos a actuar. Cada emoción nos señala una dirección definida, tienen una función.

La idea es poder trabajar en modelar hábitos emocionales más saludables. ¿Cómo hacemos para trabajar la gestión de emociones con los niñ@s?

  • Enseñales vocabulario emocional a través de la lectura de cuentos. Al leerlos conversa con ellos generando preguntas que apunten al registro de las emociones. Como por ejemplo: “¿Cómo se siente el protagonista?”, “¿Cómo te diste cuenta?”, ¿Qué hizo para comunicar su conducta?”, “¿Te paso alguna vez algo parecido?”, “¿Cómo te diste cuenta?”, “¿Cuándo?”.
  • Nombra sus emociones, ayúdalos identificando sus sentimientos y explícales como se sienten: “Estas hablando muy fuerte, parece que estas enojado”, “Veo tu cuerpo tenso, creo que algo te disgusto”.
  • Hablales de tus sentimientos. Contales cómo te estás sintiendo, tanto las emociones desagradables como las agradables: “Me enoja no encontrar mis llaves, voy a respirar y tomarme un tiempo para tranquilizarme”. Lo importante es que se den cuenta que todo sentimos emociones.
  • Valida sus emociones. No las reprimas. Muchas veces con la intención de calmar las reacciones de los niños, solemos utilizar frases que desestiman sus emociones. Evitemos frases como: “No llores, es una tontería”, “cuando lloras te pones feo”. Ayúdalo validando y dándole lugar a sus emociones: “Entiendo que te sientas triste, a mi veces me pasa podemos dar una vuelta para sentirnos mejor”.
  • Reforzá positivamente cuando la respuesta a la emoción haya sido gestionada adecuadamente: “Qué bueno que al ver que no te salía esta actividad pediste ayuda”.
  • Enséñales técnicas para descargar o calmar sus emociones: rasgar/arrugar papel, contar hasta diez, saltar, hacer respiraciones, entre otras.

Si te gustarìa saber màs sobre el tema, no dejes de ver nuestro video de youtube sobre este tema: