¿A qué jugamos cuando jugamos?
¿Qué es el juego? ¿Que concepto de juego tenemos?
Una sola palabra y tan llena de contenido y de significados, pero si de definiciones se trata, existen tantas como cantidades de juegos. Este artículo intenta ser una aproximación a la temática, y no algo acabado, ya que podemos hablar de juego desde diferentes ópticas y líneas de pensamiento.
Si bien el juego o el acto de jugar se suelen relacionar con la niñez y el desarrollo de la misma, hay multiplicidad de factores, ambientales, familiares, culturales, y funciones, físicas, cognitivas, sensoriales, que se ponen en marcha, que se gestan y se estimulan desde la temprana edad, pero la realidad, es que el acto de jugar es una actividad cíclica, que se transita durante toda nuestra vida y periodos evolutivos.
Es cierto que somos los adultos, en algún momento, los encargados de generar instancias de juegos para con los niños. A su vez los niños durante su periodo evolutivo van relacionándose e interactuando con pares y con adultos generando e impartiendo momentos de juego, desarrollando y estimulando algunas funciones y capacidades. En el siguiente esquema podemos ver algunas de ellas:
Es importante que tengamos en cuenta que el juego además de ser un espacio lúdico y de diversión, es también una estrategia terapéutica.
Mediante el juego se efectúa, en muchas oportunidades, la transmisión cultural de generación en generación, favoreciendo con su práctica el entendimiento intergeneracional cuando se crean los espacios y oportunidades de participación de los integrantes de la familia.
Por ejemplo, en los adultos mayores, el juego cumple una función social y cultural; pero también es un espacio de estimulación neurocognitiva, ya que permite sentir el placer de compartir y experimentar una actividad común, satisfacer los ideales de expresión y de socialización. Asimismo, lleva a la obtención de placer y bienestar corporal y mental, como así también a generar desafíos que ponen en marcha funciones cerebrales.
El espacio de juego en adultos mayores, se ha identificado constantemente como una de las intervenciones de salud más significativas para esta franja etárea; dentro de sus beneficios inmediatos en el aspecto físico se pueden citar:
- Mayores niveles de auto-eficacia;
- Control interno;
- Mejoría en los patrones de sueño;
- Relajación muscular
Las personas, no importa su edad, que se mantienen físicamente activos tienden a tener actitudes más positivas, están en mejor estado de salud y tienen mayor habilidad para lidiar tensiones.
En psicopedagogía, trabajamos con el juego; es una técnica y una herramienta fundamental y generadora de nuestro espacio terapéutico.
“HABLEMOS DE JUEGO COMO VERBO, NO COMO SUSTANTIVO”
Artículo redactado por Lic. Melisa Ríos y Lic. Pamela Cancinos
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