Emociones…. Eso que sentimos

¿Qué son? ¿Qué características tienen? ¿Para qué nos sirven?

Las emociones son reacciones que experimentamos en respuesta a distintas situaciones o estímulos. No hay emociones buenas o malas,  todas tienen un valor adaptativo, dándonos información importante del contexto que nos ayuda a organizar nuestra actividad y a responder a distintas situaciones; incluso las emociones que valoramos como desagradables   (miedo, tristeza, etc.).

Parte de entender la emoción implica poder observar y describir qué estamos sintiendo, qué evento desencadenó mi emoción, cómo la siento en el cuerpo, cómo la expreso en mi conducta, cómo se manifiesta en mis pensamientos, qué hago y digo cuando me siento de determinada manera, etc.

Las emociones están formadas por tres elementos:

  1. una experiencia subjetiva (cómo nos sentimos)
  2. una respuesta fisiológica (en qué parte del cuerpo lo sentimos y qué es lo que sentimos, sudoración, tensión, palpitaciones, ruborización, etc.)
  3.  y una respuesta de comportamiento o expresiva (sonrisa, grito, golpe, lágrimas, etc.).

 

Cuáles son las características de las emociones?

  • Son pasajeras,  transitorias y tienen una causa específica. Son fácilmente diferenciable en un tiempo y contexto determinado.  Imaginemos que estoy trabajando desde casa y mientras llevo a cabo una reunión por video llamada, mi hijo se pone a llorar y me siento enojada/frustrada/estresada/avergonzada. Mi emoción ocurre en ese momento específico, la genera cómo tomo la situación que vivo, y cambia si el contexto se modifica.
  • Son “automáticas”. No podemos ‘controlar o evitar’ experimentarlas o que aparezcan. Volviendo al ejemplo anterior, si yo estaba tranquila/concentrada en la video llamada y el llanto de mi hijo me hace sentir avergonzada, la vergüenza que siento aparece de repente y no puedo evitarla (como tampoco puedo evitar como se traduce en mi cuerpo esta emoción, por ejemplo, me ruborizo, me tensiono, etc.)
  • Nos preparan movilizando la energía necesaria para que dirijamos nuestra conducta  para atender a ese objetivo determinado. Por ejemplo, si frente a una posible amenaza, siento miedo/ansiedad, el miedo me va a ayudar a tomar una decisión: huir/escapar/ evitar/, luchar.
  • Se transforman y pueden dar lugar a otras emociones. Podríamos pensarlas como un ecualizador de volumen, que tiene picos, y líneas horizontales, los picos serían emociones que se sienten con mucha intensidad, las líneas horizontales, emociones no tan intensas pero que se sostienen en el tiempo y las líneas hacia abajo, el tiempo que nos lleva desde que sentimos una emoción de modo intenso hasta que volvemos a una situación de calma
  • Facilitan la interacción social y el establecimiento de los vínculos con otras personas,  permitiendo la comunicación de los estados afectivos    Cuando sentimos alegría, ésta favorece las relaciones interpersonales, mientras que cuando sentimos ira, ésta nos  puede generar respuestas de evitación o de confrontación.

Las emociones permiten flexibilizar tanto la interpretación de los acontecimientos como la elección de la respuesta más adecuada.

Artículo realizado en conjunto con Lic. Camila De la Vega , psicóloga que reside en la ciudad de Rosario, Santa Fé. Especialista en psicoterapia cognitiva integrativa. Trabaja desde terapias contextuales (ACT, DBT) y Lic. Vanina Teti, psicóloga que reside en Lanús, Buenos Aires. Especialista en Terapia Cognitiva y terapias contextuales.

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